El impuesto a las tecnológicas que prepara Hacienda para financiar la subida de las pensiones va a ser “español” y se va a adelantar “mucho” al europeo. Este tributo va a gravar los servicios de intermediación, la publicidad y la venta de datos digitales de empresas extranjeras y españolas en España hasta un 5%.
Según fuentes conocedoras de su diseño, el impuesto quiere gravar a todas las empresas que ofrezcan estos servicios en España, aunque no estén físicamente en territorio nacional, y que tengan unos niveles de facturación por determinar, umbrales que van a ser mucho más reducidos que los que plantea Bruselas para el impuesto europeo que promueve -al menos 750 millones globales y 50 millones en la UE-.
De esta forma, la tasa Google, que el Gobierno prevé aprobar a la vuelta del verano en un proyecto de ley, se perfila mucho más amplia de lo que se deducía de las palabras del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y de otros responsables del Fisco, que han hablado de “grandes tecnológicas”, lo que parecía dirigirse a las multinacionales de Silicon Valley, con Google, Apple, Amazon y Facebook a la cabeza, tradicionalmente blanco de las críticas del Gobierno por no tributar en España por los beneficios generados aquí.