El beneficio fiscal a planes de pensiones de particulares se reduce a 700 euros

El beneficio fiscal a planes de pensiones de particulares se reduce a 700 euros

La aportación máxima que se puede colocar en un fondo de pensiones de particulares es de 1.500 euros. Buena parte de los ahorradores en planes de pensiones de particulares esperan a los últimos meses del año para realizar su aportación. Es en esa fecha cuando cada contribuyente tiene una idea aproximada de lo que será su declaración de la renta. Hasta 2022 esta era una práctica seguida por muchos partícipes, que podían colocar hasta 8.000 euros anuales en estos productos, destinados a complementar su futura pensión pública.

El Gobierno rebajó esta cantidad a 2.000 euros en 2021 y a 1.500 euros en 2022 con el argumento de que es mejor incentivar las aportaciones a los planes de pensiones de empleo. Tras estas medidas el incentivo fiscal de los planes de particulares se ha visto muy mermado, pero no desaparece del todo. Este año, por tanto, las aportaciones reducen la base imponible en el IRPF con el límite de 1.500 euros o el 30% de los rendimientos netos del trabajo o de actividades económicas. Se aplica la menor de estas dos cantidades.

Las aportaciones a planes reducen los impuestos a pagar, aunque hay que tener en cuenta que, en realidad, lo que se produce es un diferimiento de la tributación que se deberá afrontar en el momento del rescate. El beneficio fiscal varía en cada caso, pero este año, el máximo al que se puede optar se coloca en 700 euros. Este ahorro se producirá en el caso de los partícipes que se coloquen en los tramos más altos de la tabla de retenciones fijada por Hacienda o, lo que es lo mismo, en el caso de los ahorradores con rentas más altas.

Quienes tengan ingresos superiores a 300.000 euros en 2022 obtendrán un beneficio fiscal de 705 euros, al aplicar a los 1.500 euros aportados su tipo del 47%. Para quienes declaren rentas de entre 60.000 y 300.000 euros, la ayuda fiscal de Hacienda por ahorrar 1.500 euros en un plan de pensiones es de 675 euros, y de 555 euros para los partícipes con ingresos entre 35.200 y 60.000 euros. En el otro extremo, los ahorradores con menor renta (hasta 12.450 euros) obtendrán una ayuda de 285 euros.

Si se supera el tope de aportación a un plan se deberá retirar en junio del año siguiente. Si no la multa será del 50% del exceso. Pese al recorte de estas cifras, las gestoras de planes han diseñado sus campañas de final de año para tratar de captar el ahorro colocado en las gestoras de la competencia mediante incentivos y bonificaciones. Premian también las aportaciones periódicas de los partícipes.

En prácticamente la totalidad de las entidades, las ofertas lanzadas están ligadas al compromiso de permanencia del ahorro por largos periodos, que pueden llegar a nueve años. Si se incumple esta condición, la entidad reclamará al partícipe la devolución de parte de lo recibido. Las ofertas premian los traspasos y las aportaciones nuevas con un abanico de incentivos que van desde el 1,5% al 6%, en función del importe y de los años de permanencia. Hay que tener en cuenta a la hora de valorar las propuestas que la cantidad recibida por esta vía debe tributar como pago en especie. Es conveniente también asegurarse de en qué momento se va a producir el ingreso prometido en cuenta.