El Gobierno de coalición ha decidido impulsar una nueva figura tributaria "para pedir mayor esfuerzo a quienes más tienen" en "estos momentos de dificultad" que arroja la crisis inflacionista, ha anunciado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Queda por aclarar, sin embargo, qué considera Hacienda que son "grandes fortunas" y en qué cuantía se aspira a gravarlas.
Hasta la fecha, la riqueza en España queda gravada básicamente con la aplicación del Impuesto de Patrimonio, un tributo estatal cedido a las comunidades autónomas que se aplica sobre los patrimonios superiores a los 700.000 euros (una vez descontados 300.000 euros del valor de la vivienda habitual).
A partir de ahí, las comunidades tienen potestad para modular el alcance del gravamen y, de hecho, Madrid viene bonificándolo al 100%, lo que supone su inaplicación de facto. El anuncio de Andalucía de que seguirá sus pasos y el de Murcia de que estudia hacer lo mismo son los detonantes que han acelerado los planes tributarios del Ejecutivo.
Ahora bien, es de prever que el nuevo tributo no establezca esa misma base imponible, esto es, el patrimonio que supera el millón de euros (como suma de 300.000 euros del domicilio y 700.000 de fortuna). A falta de ver qué propone ahora la coalición de Gobierno, Unidas Podemos ha recordado este jueves que en los últimos meses ya presentó una propuesta para incrementar la presión fiscal sobre los más ricos del país.
El pasado junio, el partido morado defendió la creación de un impuesto que gravaría las fortunas de más de 10 millones de euros con una escala de gravamen creciente de entre el 3,6% y el 5% (a partir de 150 millones) en ocho tramos. La cuantía se vería modulada en función de si el contribuyente hace ya aportaciones al Impuesto sobre el Patrimonio. El objetivo era recaudar 10.000 millones de euros.
Por otro lado, en su programa electoral, Unidas Podemos planteó impulsar un gravamen del 2% sobre los patrimonios de más de un millón de euros, que ascendería a un tipo del 2,5% para los de más de 10 millones de euros; aplicaría un 3% a los superiores a los 50 millones y gravaría al 3,5% los de más de 100 millones.
Desde el punto de vista tributario, por tanto, la consideración de patrimonio imponible puede arrancar desde los 700.000 euros, el millón o los 10 millones, en función de estas diferentes propuestas, si bien está por ver cuál es la cifra de corte por la que se decanta ahora Hacienda y cómo logra que la figura resulte complementaria -y no redundante- al Impuesto de Patrimonio.
En el último año, España ha perdido 17.000 grandes fortunas, si bien el selecto club de personas que cuentan con un patrimonio superior al millón de dólares disponibles para invertir (lo que excluye la primera residencia y piezas de arte) se mantiene por encima del millón de miembros. La cifra de millonarios se sitúa en 1.132.000 personas, según se desprende de la última edición del Informe de la riqueza mundial que publica cada año el banco suizo Credit Suisse. En 2026, serán 1,4 millones.