El Gobierno apurará los plazos, pero se compromete a aprobar una nueva subida del salario mínimo interprofesional (SMI) para el año 2023. Así lo aseguró el viernes la vicepresidenta segunda del Ejecutivo y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que dio el pistoletazo de salida al proceso dando dos meses y medio al comité de expertos formado por su Ministerio para presentarle una horquilla de propuestas de subida que luego negociará con patronal y sindicatos. Díaz aprovechó la ocasión para instar a la patronal a sentarse a negociar alzas salariales en los convenios colectivos a lo que la CEOE contestó que nunca se ha levantado de la mesa pero que conviene hablar con más prudencia y menos crispación dada la incertidumbre económica.
Bajo la presidencia de Pedro Sánchez, el salario mínimo ha subido un 33,5%, pasando de 735 a 900 euros mensuales (en 14 pagas) en 2019; elevándose a 950 euros en 2020; a 965 euros el pasado septiembre y a 1.000 euros en 2022. El acuerdo de Gobierno firmado por PSOE y Unidas Podemos incluía el compromiso de que el SMI alcanzara el equivalente al 60% del salario medio a final de la legislatura. El comité de expertos de Trabajo cifró en su día esa cota en una horquilla de entre 1.011 y 1.049 euros. Lejos de renunciar a este objetivo ante la incertidumbre económica que ha abierta la invasión rusa sobre Ucrania, el Ejecutivo defiende la necesidad de elevar los salarios para compensar el fuerte empuje de la inflación, que crece a doble dígito interanual, y no cierra la puerta a ir incluso más lejos de lo inicialmente planteado.
A tal efecto, la ministra de Trabajo hizo un doble mandato el viernes al comité de expertos sobre el SMI: en primer lugar, calcular una nueva horquilla de subidas del salario mínimo, actualizando el objetivo del 60% del sueldo medio y teniendo en cuenta el marco inflacionista. En segundo término, seguir la estela de los análisis del Banco de España para evaluar el impacto de las subidas del SMI más allá del mercado de trabajo, midiendo sus efectos sobre los umbrales de pobreza y desigualdad.
"En cuanto los expertos terminen sus tareas", a mediados de noviembre, "convocaremos la mesa de diálogo social" con patronal y sindicatos para iniciar la negociación sobre la subida concreta a acometer "y sí, subiremos el SMI para el año 2023", comprometió Díaz. La vicepresidenta argumentó que es la misma política que están siguiendo los países del entorno, que están impulsando alzas excepcionales del SMI "como consecuencia de la elevada inflación". Así, citó Díaz, Alemania sube su SMI un 15%; Bélgica, del 12% al 14%; Grecia, el 9,7%; Países Bajos, un 10%; Polonia un 14,6% y Francia lleva 3 alzas en 2021.
La ministra de Trabajo aseguró, no obstante, que no hará públicas posibles cifras sobre la nueva subida del SMI "hasta escuchar a los expertos y a los agentes sociales". En todo caso, Díaz secundó la petición sindical de sellar alzas salariales generalizadas para paliar la inflación. "Los sindicatos están defendiendo el interés general porque todos ustedes están perdiendo poder adquisitivo y los convenios registrados día de hoy son pocos, por tanto, vuelvo a pedirle con animosidad a la CEOE que vuelva a la mesa de negociación" que, asevera, abandonó en mayo. "Siéntense a negociar por el bien del país", dijo, aduciendo que la patronal "ha estado a la altura" en los últimos años y debe volver a estarlo ahora.
La CEOE, a su vez, emitió un comunicado asegurando que "nunca se ha levantado de ninguna mesa" y que si no hubo pacto de rentas es por la exigencia sindical de ligar salarios al IPC, lo que podría desatar efectos de segunda ronda y una espiral inflacionista, advirtió. "Sería deseable generar desde las instituciones un entorno favorable a la consecución de acuerdos de manera que se evite la conflictividad social y no hacer declaraciones que favorezcan la crispación, que obviamente es perniciosa para la evolución de la economía y del empleo", concluía la CEOE, en una clara crítica al apoyo de Díaz a las movilizaciones de los sindicatos para exigir alzas salariales.