La escalada de los precios en Estados Unidos no da tregua. La inflación ha superado todas las previsiones de los analistas, que esperaban cierta contención en la subida, de en torno al 8,3%, en línea con lo registrado en abril. Sin embargo, el dato oficial publicado por la Oficina de Estadísticas Laborales ha alcanzado el 8,6%, no sólo por encima de las expectativas, sino también una décima más que el registro de marzo, hasta ahora el más alto de los últimos cuarenta años.
Según las estadísticas, la energía y los alimentos son los principales motores de la escalada de los precios, en parte debido a la guerra en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia, así como los problemas en la cadena de suministro a nivel global a consecuencia de la pandemia. Sin embargo, los analistas reconocen que gran parte de la culpa de esta situación la tienen los estímulos monetarios puestos en marcha para combatir los efectos de la crisis sanitaria, que se han alargado en el tiempo con bajos tipos de interés que han alimentado un crecimiento sin precedentes del consumo.
Precisamente por eso, el temor a una subida más rápido de los tipos de interés se ha apoderado del mercado. Ayer, las Bolsas de EEUU retrocedían a la espera de conocerse el dato de la inflación, como un indicador del ritmo que seguirá la FED a la hora de revisar el precio del dinero.
Si bien hasta ahora el mensaje había sido de dos subidas más de medio punto, tanto en junio (la próxima semana) como a finales de julio, el miedo ahora es que esos incrementos lleguen incluso a los 75 puntos básicos, medida que hasta ahora estaba totalmente descartada, según las declaraciones del propio presidente de la FED. El problema es que Jerome Powell también ha reiterado en sucesivas intervenciones que su postura es flexible con el foco en el objetivo final: "Doblegar la inflación", cueste lo que cueste.
En las últimas semanas, incluso se había llegado a sugerir la posibilidad de una 'parada técnica' en la reunión de septiembre de la FED para no subir los tipos en esa ocasión, siempre y cuando la inflación en mayo y junio hubiera dado signos de desaceleración. El dato publicado hoy aleja esa posibilidad.
"Nadie sabe hasta dónde tendrían que llegar los tipos de interés para lograr los objetivos de los bancos centrales. Nadie lo sabe, ni siquiera los bancos centrales, como demuestra el rápido cambio de rumbo de la Fed", explica Svein Aage Aanes, responsable de Renta Fija de DNB AM. "Pero sí que creo que los bancos centrales estarán dispuestos a hacer lo que sea necesario. Si la Fed necesita subir hasta el 5%, lo hará", tal y como apunta este experto.
"El panorama general es que la inflación sigue siendo muy persistente y retrocederá muy lentamente", en opinión de Sarah House, economista sénior de Wells Fargo Securities. "Con lo que vemos en los mercados energéticos en las últimas semanas, es poco probable que hayamos visto el pico de inflación en este ciclo todavía".