La nueva ley de planes de pensiones permitirá hacer aportaciones por encima de los 1.500 euros ya en 2022. Se quiere apoyar así los ahorradores han tenido limitadas fiscalmente las aportaciones a los planes de pensiones individuales. La legislación está aún tramitándose en el Congreso de los Diputados, pero varios grupos parlamentarios respaldan al Gobierno en su propuesta para incluir una cláusula que permita que los nuevos topes de aportaciones tengan carácter retroactivo.
La figura clave de la nueva regulación son los fondos de pensiones de empleo de promoción pública (FPEPP). Se trata de un plan de pensiones colectivo (lo dotan las empresas o administraciones públicas en beneficio de sus empleados), pero en el que el Ministerio de Seguridad Social tiene un cierto poder de supervisión.
Estos vehículos de nueva creación pretenden ser la punta de lanza para tratar de generalizar el ahorro para la jubilación vinculado al ámbito laboral. El Ejecutivo quiere que, tal y como ocurre en otros países de nuestro entorno, empresas y trabajadores pacten que una parte de la retribución vaya a instrumentos de ahorro a largo plazo que permitan complementar la pensión de jubilación.
El Gobierno ha preferido la figura de los planes colectivos a los individuales al considerar que tienen comisiones más bajas y que los segundos se han utilizado de forma abusiva por parte de rentas altas para abaratar su factura fiscal.
Hay que recordar que las aportaciones a planes de pensiones se pueden descontar de la base imponible del Impuesto de la Renta. A cambio, el trabajador tendrá que tributar como renta del trabajo el dinero que cobre de su plan de pensiones cuando se jubile. Se trata de un diferimiento fiscal.
Hasta hace unos años el límite general de aportación/desgravación era de 10.000 euros al año. En 2020 bajó a 8.000 euros y el año pasado el Ejecutivo lo rebajó drásticamente en los planes individuales hasta 2.000 euros, y hasta 1.500 euros para el presente ejercicio fiscal.