El Banco de España insta a acercar la presión fiscal medioambiental a la media europea

El Banco de España insta a acercar la presión fiscal medioambiental a la media europea

El Banco de España defiende que "tanto las propuestas contenidas en el Libro Blanco sobre la Reforma Tributaria como la considerable brecha negativa que España mantiene con otras economías de nuestro entorno en cuanto a la recaudación por tributos medioambientales apuntan a que existe un amplio margen para elevar los ingresos de la fiscalidad medioambiental en la economía española". Así lo sostiene el supervisor en el capítulo de su informe anual titulado La economía española ante el reto climático, publicado ayer, en el que viene a cifrar el diferencial de recaudación fiscal verde frente a la Unión Europea en unos 10.000 millones de euros.

"España se encuentra, de manera persistente, en el grupo de economías de la UE 27 en las que la fiscalidad medioambiental presenta una menor recaudación relativa", subraya el documento, que estima que "la brecha de recaudación en España" respecto a la media aritmética de los Veintisiete, "se ha mantenido estable y cercana a 1 punto porcentual durante las dos últimas décadas". Así, detalla, en 2019, antes de que la irrupción de la pandemia de Covid desvirtuara las estadísticas, la suma de los ingresos públicos obtenidos por España por impuestos medioambientales equivalía al 1,77% del PIB nacional. En términos comparativos, la cifra coloca a España en antepenúltima posición de toda la UE, superando solamente el 1,41% de Irlanda y el 1,72% de Luxemburgo, dos Estados célebres por su baja fiscalidad. La media aritmética de los 27 Estados miembros se situaba en el 2,58%, por lo que España tendría que incrementar su recaudación en 0,81 puntos de PIB para igualar la marca, el equivalente a esos 10.000 millones.

El esfuerzo sería algo inferior si el objetivo fuera alcanzar la media ponderada en función del peso de cada territorio, que asciende al 2,4%. Después de todo, la locomotora económica europea, Alemania, tan solo se sitúa un puesto por encima de España, con unas centésimas de diferencia. Más elevada es la presión fiscal medioambiental en Francia (2,32%), Portugal (2,54%) e Italia (3,29%, superando con fuerza la media). La recaudación de tributos verdes sobre PIB más elevada se da en Grecia, en el 3,86%.

A partir de esta comparativa, el Banco de España detalla que dos tercios del diferencial de ingresos español se deben "a los menores impuestos sobre la energía, y en particular sobre los hidrocarburos".

En este punto, el supervisor destaca que "a pesar de que la imposición sobre los hidrocarburos en España es menor que en otros países, los tipos de gravamen no se han incrementado en términos reales en los últimos años". Así, reseña, aunque desde 1995 las tarifas nominales de los impuestos especiales sobre el consumo de gasolinas y de gasóleo de uso general en España, que se configuran como una cantidad fija de céntimos de euro por litro, se han ido actualizando periódicamente, la práctica no ha permitido compensar el alza de precios, por lo que en términos reales lo que se ha producido es una rebaja del gravamen que ha ido ampliando la brecha con la UE.

Así, ilustra el informe, aunque el tipo nominal ha ido ascendiendo desde los 36,7 céntimos de euro por cada litro de combustible de 1997, a los 43,9 en 2010 y los 52,3 en 2020, en términos reales el gravamen equivalía en esas fechas a 29,3 y 31,6 céntimos respectivamente. En 2019, la descomposición de la recaudación verde sobre el PIB arrojaba 1,08 puntos en impuestos sobre los combustibles del transporte; 0,37 en gravamen a la energía; 0,24 al transporte y 0,08 sobre la contaminación y el uso de recursos naturales.