Durante el pasado mes de marzo, los que tienen mayores ingresos aumentaron el gasto en los establecimientos de repostaje un 15% respecto al mismo mes de 2019, el año que permite establecer comparaciones que no estén viciadas por los efectos de la pandemia. Sin embargo, los conductores que tradicionalmente gastan menos gasolina al mes solo vieron aumentar el importe de sus tiques en un 2,3% interanual.
Estas cifras, en un contexto de fuerte alza de precios en los carburantes, sugieren que las rentas más bajas mantuvieron su gasto habitual, por lo que en consecuencia disminuyeron su kilometraje. Al otro lado, los conductores de más ingresos parecieron mantener sus niveles de movilidad, por lo que tuvieron que destinar más dinero al pago de un combustible más caro.
Los datos los ofrece CaixaBank Research en uno de sus últimos análisis, publicado este lunes. Para llevarlo a cabo, el servicio de estudios de la entidad ha elaborado un indicador del gasto mensual en gasolineras a partir del consumo de los clientes del banco en estos establecimientos. Tal y como explica Josep Mestres, uno de los autores del informe, los datos recopilados por el servicio de estudios únicamente permiten clasificar a la población en percentiles de gasto, ya que se analiza el volumen de desembolsos en gasolineras, pero no el nivel de renta de los consumidores en cuestión. "Tenemos desde el percentil 20, el que menos gasto de gasolina realiza, hasta el 80, que es el que más consume". Sin embargo, añade, "estos percentiles de gasto están íntimamente relacionados con los niveles de ingresos", por lo que "hay una correlación fuerte entre el consumo y el tipo de renta", apunta.
Los datos del análisis de la entidad bancaria y del Boletín Petrolero de la Unión Europea corroboran la teoría de que a mayor precio de los carburantes mayor es el gasto de los que más gasolina consumen habitualmente. En septiembre de 2021, cuando el precio de la gasolina rondaba los 1,42 euros el litro y el del diésel se movía en los 1,26 euros, el gasto de los conductores con menos ingresos se mantuvo inalterado respecto al mismo mes de 2019. Por su parte, el de los que más combustible pagan avanzó un 3%.
Unos meses después, en enero de 2022, el litro de gasolina llegó a 1,53 euros y el del gasóleo, a 1,42 euros. Entonces, el consumo de los percentiles más bajos subió un 2,7%, mientras que el de los más elevados lo hizo hasta un 7,6%.