El FMI advierte que una transición ecológica mal diseñada puede destruir empleo

El FMI advierte que una transición ecológica mal diseñada puede destruir empleo

El FMI reconoce que el giro radical al actual modelo de crecimiento puede traer, a corto plazo, una destrucción de empleo y capital en los sectores que más usan los combustibles fósiles. Por eso ha diseñado un nuevo paquete de medidas que, entre otras cosas, impulsa la capacitación de la población menos calificada a fin de que aumente su productividad en los empleos de bajas emisiones. De manera paralela, establece un programa de crédito tributario por ingreso del trabajo (EITC por sus siglas en inglés) que busca reducir la desigualdad de los salarios. Se trata de un programa que comenzaría en 2029, coincidiendo con la introducción gradual del impuesto al carbono.

El organismo pide que se haga una inversión en infraestructura verde e investigación en 2023 para respaldar un aumento de la productividad en el sector de bajas emisiones, reduciendo los costes de producción por unidad. Introduce gradualmente un impuesto sobre las emisiones de CO2, a partir de 0,1 puntos porcentuales a partir del próximo año y aumentando hasta un punto a partir de 2029. Con este paquete de políticas, la economía de cualquier país puede encaminarse hacia una transición sostenible y "suavizar los cambios laborales", según señala el FMI en su informe Un mercado laboral más verde, publicado este miércoles.

El caso de las economías emergentes difiere de las avanzadas, pues suelen tener más trabajadores en sectores altamente contaminantes. También tienen una mayor parte de fuerza laboral en el empleo informal, por lo que el paquete de políticas incluye para estos casos una transferencia de efectivo para los asalariados con ingresos más bajos, que, según el estudio, son en promedio los menos calificados. Se implementaría a partir de 2029, junto al impuesto al carbono y el EITC.

En cualquier caso, la puesta en marcha de este paquete de medidas generaría un aumento en el empleo total del 0,5%, tanto para las economías más avanzadas como para las emergentes. No obstante, el descenso en el paro se vería reflejado después de 10 años. El documento se centra en el mercado laboral porque existe un gran "margen para la reasignación de los trabajadores", aunque la transición se antoja difícil.

El FMI precisa que las personas que tienen empleos más sostenibles suelen cambiar menos veces de trabajo que quienes están en un sector con emisiones regulares de CO2; también encuentran empleo más fácilmente y tienen menos posibilidades de ser despedidos, lo que en conjunto sugiere mayor estabilidad laboral. No obstante, muy pocas personas forman parte de este grupo y para el resto las dificultades son mayores. Mientras un empleado con experiencia en un sector sostenible tiene hasta el 54% de posibilidades de encontrar un trabajo similar, la cifra cae hasta el 7% para quienes intentan pasar de un trabajo altamente contaminante a uno ecológico.

La dificultad para cambiar de ocupación puede estar vinculada al grado educativo. En general, los trabajadores menos calificados tienen como máximo educación secundaria, mientras que los más calificados lo sobrepasan. Esto es importante porque, según el informe, este segundo grupo de la población tiende a concentrarse en sectores más verdes y urbanos. Ante esta evidencia, el organismo considera que los gobiernos deben coordinar acciones que apoyen la sostenibilidad y faciliten el ajuste del mercado laboral.

Más allá de la urgencia medioambiental, el FMI enumera los beneficios económicos que puede traer consigo este cambio en el modelo productivo. Precisa que los trabajos basados en modelos más ecológicos generan un 7% más de ganancias que los trabajos con mayores tasas de contaminación. Es una prima que ha ido en ascenso en los últimos años.