Díaz, y los líderes sindicales aseguran que España tiene un problema con la calidad de las retribuciones

Díaz, y los líderes sindicales aseguran que España tiene un problema con la calidad de las retribuciones

El fuerte repunte inflacionista que vive España en los últimos meses y que ha situado el IPC interanual en el 5,6% en noviembre, según el avance publicado por el INE, es coyuntural y, sobre todo, no está causado por las subidas de los salarios o las pensiones, por lo que ambas rentas, sobre todo los salarios que están perdiendo poder adquisitivo con el alza de los precios, no deben ser las paganas de la situación y tienen que incrementarse igualmente.

Este ha sido el análisis efectuado hoy por la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y los líderes sindicales de CC OO, Unai Sordo y de UGT, Pepe Álvarez, quienes han asegurado que España tiene un problema con la calidad de las retribuciones y no solo de las mínimas, por lo que creen que es otro debate que tienen que abrir los agentes económicos.

Por ello, Álvarez ha denunciado que «España tiene un problema endémico de salarios; el sueldo medio está congelado desde 2008 y los salarios deben subir ahora sí o sí, al margen de otros factores [como la evolución del IPC y el PIB]». E igualmente, Sordo ha defendido –en contra de lo advertido hoy por el responsable del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y por otros economistas–, que las subidas salariales y de pensiones no generan una espiral inflacionista. Por el contrario, el responsable de CC OO ha pedido que «si se quiere intervenir en los precios, que se intervenga en algunos sectores más ineficaces en la fijación de los precios como es el energético».

El alza salarial que se está pactando en los convenios es del 1,55% para 6,5 millones de trabajadores, una cantidad muy inferior al repunte actual de los precios (5,6%) e incluso un punto por debajo de la media del IPC de los últimos doce meses (2,5%). Esta situación se agrava por el escaso porcentaje de empleados con cláusulas de revisión salarial para compensar el alza de la inflación (apenas el 17%) y por menor número de trabajadores que están pactando sus condiciones salariales en convenios, después de que ya en 2020 dos millones de trabajadores dejaran de estar protegidos por estos acuerdos.

En línea parecida con los líderes sindicales, Díaz ha insistido, tras reunirse hoy con los responsables sindicales españoles y el secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), Luca Visentini, en que el repunte inflacionista «es puramente coyuntural y no obedece ni a los salarios ni a las pensiones, sino al precio internacional y a las especulaciones en el mercado de emisiones». Dicho esto, y aunque la vicepresidenta ha recalcado que en la Unión Europea «tenemos acotado el problema», ha añadido que esto no debe ser óbice para «estar atento» y «ser prudentes» pero ha insistido en que no hay que fijarse solo en los problemas de producción que está causando el encarecimiento de los precios, sino también a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores.

Pero esta defensa de Díaz de las alzas salariales al margen de la inflación ha ido más allá al responder a las llamadas a la prudencia del Banco de España en materia de subidas de sueldos, lamentando que «haya voces en este país que siempre pidan lo mismo». Asimismo, la vicepresidenta ha considerado que «más allá de las subidas del salario mínimo ha llegado el momento de hablar de la calidad de los salarios en España, de salarios decentes y dignos».

La respuesta del presidente de los empresarios no se ha hecho esperar a todos estos llamamientos no se ha hecho esperar. El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, ha defendido hoy las llamadas a la prudencia en la subida de salarios lanzada por el Banco de España. En referencia a cuánto deben subir los sueldos en estos momentos, ha recalcado la necesidad de «ser prudentes» por la «delicada situación» que vive España y el mundo entero y ha sugerido también –como ha hecho en otras ocasiones– que se tenga la inflación subyacente (que ha subido un 1,7% en noviembre) como referencia para estos incrementos retributivos.

Es más, en opinión de Garamendi, la prudencia a la hora de subir los salarios radica en que «lo que tienen que hacer las empresas es vender» y ha considerado que, para eso, «de lo que hay que hablar es de ver cómo se crean más empleos y no hablar de los que ya tenemos». Porque, según su razonamiento, cuestiones como la recuperación económica e incluso el pago futuro de las pensiones dependen de que España cree más empleos y no de los salarios.