El euríbor a 12 meses ha retomado los descensos en lo que va de junio y la tasa mensual provisional se sitúa en el -0,486% frente al -0,481% de mayo. De continuar así, el índice hipotecario por excelencia podría romper con la racha alcista iniciada en febrero que le ha llevado a marcar cuatro subidas mensuales consecutivas. No obstante, todas las miradas están puestas en la cita de este jueves del Banco Central Europeo (BCE). Las decisiones que tome la autoridad monetaria y la actualización de sus previsiones macroeconómicas podrían variar la cotización del indicador a partir de mañana.
Los expertos no esperan cambios en los tipos de interés y ponen el foco en el discurso de la presidenta de la institución, Christine Lagarde, y en el ritmo del programa de compras. “El BCE reconocerá la mejora de la situación y tendrá que decidir el ajuste de las compras del PEPP para el tercer trimestre”, asegura Martin Wolburg, economista senior de Generali Insurance AM.
El escenario económico ha mejorado en las últimas semanas y el ritmo de vacunación va viendo en popa. Así, se espera que las nuevas proyecciones del PIB para 2021 sean más elevadas, así como el pronóstico de inflación. Con todo, se prevé que el BCE disipe las expectativas de retirada de los estímulos. “El marco macroeconómico es mejor hoy que hace tres meses, pero existen riesgos a la baja para cualquier escenario de recuperación”, comenta Bruno Cavalier, economista jefe de Oddo BHF.
Desde Ebury sostienen que a postura del BCE sobre su programa de compra de activos será la clave para los mercados. “Lo importante será saber si el ritmo considerablemente más rápido de compra de bonos anunciado a principios de año se reduce en vista del fortalecimiento de la economía. Ahora bien, creemos que el BCE no está preparado para dar ese paso”, asegura el equipo de análisis de la firma, liderado por Enrique Díaz-Álvarez.
Pese a la tendencia alcista del euríbor en los últimos meses tras tocar fondo a comienzos de 2021, las hipotecas variables no se han encarecido, dado que los niveles del índice todavía se sitúan muy por debajo de los de 2020. Hace justo un año que el euríbor empezó de nuevo a caer tras la escalada por el estallido de la pandemia (que tensionó el mercado interbancario) gracias a la actuación del BCE, que el 4 de junio del ejercicio pasado adoptó una serie de medidas para mitigar el impacto de la crisis sanitaria en la economía.
Por aquel entonces, Lagarde sacó la artillería pesada y amplió el programa de adquisición de bonos. Así, del -0,085% que marcó el último día de mayo cayó al -0,225% al término de junio, y continuó bajando en los meses siguientes hasta tocar mínimos históricos por debajo del umbral del -0,5%. Ahora, la situación económica es mucho más favorable y los expertos creen que el euríbor se mantendrá estable en torno a los niveles actuales hasta que el BCE dé señales de tapering. El Departamento de Análisis de Bankinter cree que seguirá cerca del -0,5% durante todo el año, mientras que la agencia de calificación Moody’s pronostica que no experimentará subidas importantes hasta 2023.