La industria del turismo se juega a la carta del pasaporte sanitario el llegar con vida al próximo verano

La industria del turismo se juega a la carta del pasaporte sanitario el llegar con vida al próximo verano

Tras doce meses casi con ingresos cero, la situación económica de hoteles, transporte, agencias de viajes, ocio, bares o restaurantes ha mutado en la peor crisis de la historia. Ya ha habido una quiebra (Pullmantur) y la lista de empresas pidiendo oxígeno financiero a la SEPI o al ICO para no correr la misma suerte ya es interminable. El último cartucho que tienen en la recamara se llama pasaporte sanitario.

Las empresas ya han empezado a trabajar la diplomacia económica reuniéndose con el Gobierno para pedir firmeza y rapidez en la puesta en marcha de este mecanismo, que por ahora se ha encontrado con reticencias de Francia (no quiere fijar una obligatoriedad de vacunación) como Alemania (no quiere compartir los datos de sus ciudadanos). En esos encuentros, tal y como ha podido saber Cinco Días, las empresas han trasladado al Gobierno la importancia de que el pasaporte sanitario llegue a tiempo, ya que se juegan, siempre según sus estimaciones, en torno a 7,5 millones de viajeros en verano.

En la temporada alta (junio a septiembre) de 2019 llegaron a España 37,67 millones de viajeros. Un año después, la crisis del coronavirus redujo la cifra a 6,3 millones de viajeros. Las estimaciones de reservas que manejan a mediados de marzo las agencias de viajes y los hoteles para verano se sitúan en el entorno de una caída del 70% respecto a 2019, lo que arrojaría una cifra de 11,3 millones de viajeros. Las fuentes empresariales consultadas apuntan que una puesta en marcha rápida del pasaporte podría ser un revulsivo para atraer turismo europeo y que la llegada de turistas podría verse incrementada hasta los 18,8 millones de viajeros, lo que supondría esa diferencia de 7,5 millones de viajeros, aunque seguiría equivaliendo tan solo al 50% de las llegadas de 2019.

Unas estimaciones conservadoras que se basarían en los distintos ritmos de vacunación entre los grandes países emisores. Reino Unido, como primer emisor de viajeros (en 2019 supusieron el 22,5% del total) y el país europeo que más dosis ha administrado (40 dosis por cada 100 habitantes, cuatro veces más que Francia o España), es la gran esperanza para salvar el verano en España. El Ejecutivo de Boris Johnson prevé que toda la población adulta estará vacunada a finales de julio y los grandes turoperadores (Jet2 y TUI) ya han anunciado que retomarán la actividad normal a partir del 2 de junio. Los primeros datos de reservas deslizados por las agencias apuntan a una explosión incontrolada de viajeros británicos tras un año sin viajar.

Y los grandes beneficiados serían Canarias y la Comunidad Valenciana por su elevada dependencia del turismo británico. En 2019, el archipiélago recibió 13,1 millones de viajeros, de los que 4,8 millones (el 37,1%) fueron británicos. El pasaporte sanitario serviría para enjugar las desastrosas cifras de la industria del turismo en Canarias, que perdió íntegra la temporada alta (enero a marzo de 2021) por la tercera ola. La dependencia de la Comunidad Valenciana respecto al mercado británico también es muy evidente, ya que de los 9,5 millones de viajeros que llegaron en 2019, 2,83 millones (un 29,7%) fueron británicos.

En un segundo escalón, no muy lejos, se situarían Baleares y Andalucía, donde el turismo británico representó el 26,9% y el 25,05% en 2019. Las menos afectadas serían Cataluña y Madrid, con tasas que no superan el 10%. Pese a ello, ambas regiones serán las más perjudicadas por el cierre de los mercados de largo radio, como Asia o América, donde sí que tienen grandes cuotas por el tráfico generado por Barajas y el Prat tanto en viajes de ocio como de negocio.