El INE ultima el rediseño del IPC para adecuarlo a los hábitos de consumo de la pandemia

El INE ultima el rediseño del IPC para adecuarlo a los hábitos de consumo de la pandemia

Los drásticos cambios provocados en los hábitos de consumo por el Gran Confinamiento, los cierres perimetrales y de fronteras, o las restricciones comerciales y horarias impulsadas para contener la pandemia, entre otros ejemplos, han restado eficacia a este termómetro de precios hasta tal punto que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ultima una revisión de calado para adecuar el IPC a los tiempos del coronavirus.

En realidad, el INE acomete cada año una revisión del índice realizando ajustes en la ponderación que los diferentes bienes y servicios tienen en la cesta de la compra de los españoles a fin de ir adaptándolo a los usos del país y ofrecer así la foto más acertada posible. Sin embargo, los cambios se realizan fundamentalmente tomando como referencia la última Encuesta de Presupuestos Familiares que el Banco de España publica anualmente con datos del ejercicio anterior. Esto significa que el INE estableció la metodología del IPC con la que se mediría la variación de precios en 2020 tomando como guía los datos de consumo de los hogares de 2018. Uno año que poco tenía que ver con lo que estaba por venir, lo que restó sensibilidad al índice a la hora de medir los vaivenes que iba a ocasionar la pandemia.

Por poner un ejemplo, durante el pasado mes de abril, en el que coincidieron el confinamiento domiciliario con varios días de cierre de toda actividad no esencial en el marco del primer estado de alarma, el IPC protagonizó un retroceso interanual del 0,7%. Un descenso de precios que pocos españoles notaron. La caída estuvo provocada principalmente por el desplome de los combustibles, que fue del 34,1% frente al de un año anterior en un contexto en el que apenas había movilidad, de tal forma que el petróleo llegó a cotizar en negativo por primera vez en la historia. Por el contrario, los consumidores vieron como las frutas se encarecían un 12,8% interanual, el pescado lo hacía un 10,5%, la carne de cerdo, un 8,2% y el azúcar un 7,9%, por poner algunos ejemplos. Cambios que tuvieron una repercusión real en la tendencia de los precios mucho más importante que la que reflejaba el IPC, dado que la ciudadanía estuvo obligada a pasar ese mes en casa, con escasas excepciones.

En todo caso, el INE ya puso en marcha por entonces dos indicadores centrados en los consumos más afectados por la emergencia sanitaria. De un lado, publicó el subíndice de bienes Covid, que incluía productos de alimentación, bebidas, tabaco, limpieza y útiles no duraderos para el hogar, artículos farmacéuticos y para el cuidado personal, o comida para animales, arrojando un alza de precios del 3,1%. Por su parte, los llamados servicios Covid, como el alquiler de vivienda y garajes, aguas, alcantarillado, recogida de basuras, gastos comunitarios, electricidad, gas, gasóleo para calefacción, servicios de telefonía, música y televisión en streaming, seguros, comisiones bancarias y servicios funerarios, se rebajaron un 0,17%.

Aunque estas dos variables ofrecían una mejor orientación sobre la evolución de los precios, el INE ha considerado que la revisión debía ir más lejos de cara a 2021. De hecho, Eurostat ha instado a todos los países comunitarios a revisar las ponderaciones de bienes en sus indicadores de inflación para adaptarlos a los nuevos hábitos desde este enero. Para cumplir con ese objetivo, el INE trabaja a contrarreloj para rediseñar el cálculo del IPC con una metodología adaptada a la pandemia que aspira a tener lista en la primera quincena de febrero a fin de publicar durante dicho mes las oscilaciones de precios del arranque de 2021 con una herramienta más acorde a los tiempos que corren.

“Este año, la actualización del IPC va a ser distinta por el Covid”, confirma Ignacio González Veiga, subdirector general de estadísticas de precios y presupuestos familiares del INE. “Si procediésemos como todos los años, actualizando las ponderaciones de los bienes y servicios con la Encuesta de Presupuesto Familiares, usaríamos los datos de 2019”, publicados a mediados de 2020, explica, lo que supondría medir los precios de 2021 con una regla prepandémica. Teniendo en cuenta que la Encuesta de 2020 no se publicará hasta mediados de este año, el INE se ha visto obligado a apurar plazos y fuentes de información para articular el nuevo modelo de IPC.