Un español necesita 193 días de media, de los 365 días al año -concretamente el 13 de julio-, para que, una vez satisfechas las cuotas de IRPF, IVA e impuestos especiales, el contribuyente comience a disfrutar de su renta. Y es que no ocurre igual en todas las comunidades autónomas, porque cada una de ellas tiene su competencia fiscal y en unas se grava más que en otras.

Teniendo en cuenta esta premisa, Cataluña es la última comunidad de España en pagar los tributos de obligado cumplimiento. Los catalanes necesitan trabajar hasta el 22 de julio -nueve días por encima de la media- para que, una vez pagados los tributos que le corresponden -en función de la fiscalidad de cada región-, su renta quede disponible para consumir y ahorrar.

Y aun es mayor la distancia en días entre Cataluña y comunidades como Madrid, La Rioja, Andalucía y Castilla y León, donde los ciudadanos liberan sus rentas a partir del 12 de julio, un día por delante de la media nacional, siendo, las ciudades de Ceuta, Melilla y, la Región de Murcia, las primeras en lograr la liberación fiscal, a partir del 10 de julio.

Además de Cataluña, en el extremo opuesto de la gráfica, superando la media nacional, están Galicia y Extremadura (14 de julio), Aragón, País Vasco y Asturias (15 de julio), Baleares (16 de julio), Navarra (17 de julio), Castilla-La Mancha (18 de julio), Cantabria (19 de julio) Así lo recoge al menos el último informe elaborado por la Fundación Civismo, titulado, 'Día de la Liberación Fiscal 2022: el esfuerzo fiscal de las familias en época de recesión'.

Por otra parte, en dicho informe se constata que la brecha fiscal de España (39,25%) está casi cinco puntos por encima de la media de la OCDE (34,58%). Si bien se sitúa dos puntos y medio por debajo de la media de la UE (41,32%). Con tablas comparadas de Taxing Wages, se comprueba también que nuestra presión fiscal está nueve puntos de media por encima de los países anglosajones, de un 26%.